El incidente Nora: Una Joya ! por Mónica Berman

Una Joya !
La palabra “incidente” tiene tres acepciones diferentes: que sobreviene en el curso de un asunto y tiene con éste algún enlace; pelea entre dos o más personas; (der.) cuestión distinta del asunto principal de un juicio, pero relacionado con él, que se resuelve por separado.
Ninguna de las tres, acepta en sentido estricto la compañía de un nombre propio.
En el marco de la propuesta, sin duda estamos cerca tanto de lo que “sobreviene” como de lo que no es principal y, por lo tanto, es accesorio. Claro que este sobrevenir es irónico, nada está tan planeado como lo que sucede en esta instancia pero algunas cosas pueden no salir como se las había programado. Para sintetizar sin revelar lo que no debe revelarse: un “accidente” ocurrido sobre un ser “accesorio” va a desencadenar una serie de inconvenientes. Sí, con esos, términos que son los que “ellos” utilizan.
La acción transcurre en los ’40, en un “hogar bien”, construcción que permite referir sencillamente a lo que planteamos y que sin embargo está en las antípodas de su significado literal.
Políticos “venidos a más” son los hombres de estos hogares de referencia. Las mujeres, sin embargo, no van a menos: tienen su sociedad de beneficencia pero mejor no preguntar qué piensan de la humanidad. Familias de relaciones hipócritas e interesadas, devienen profundamente peligrosas.
La elección de la época les permite inscribir la corrupción de los políticos, los cambios de un partido a otro, las coimas, los aprietes, los asesinos a sueldo, todo absolutamente confirmado por la Historia. Algunos nombres propios sumados algunos acontecimientos reales (los suicidios de Leopoldo Lugones, de Alfonsina Storni, de Lisandro de la Torre) juegan a inscribir la propuesta en un lugar verosímil, a anclar en lo vernáculo este relato.
La construcción espacial es en principio sencilla, casi realista, salvo por algunos detalles, el lugar donde “se pone música”, el baño a la vista de todo el mundo y la entrada desde un afuera sin afuera...Estas decisiones lejos de constituir “errores”, lo que plantean es una distancia necesaria para la construcción de la historia. Del mismo orden será el planteo narrativo, en donde los géneros se mezclan, se entrecruzan, desde el melodrama, el policial, la comedia.
Por otra parte, acepta una lectura socio, profundamente interesante, además de demoledora.
Una perspectiva crítica respecto de aquella época y, por supuesto, de la actual de la que se diferencia por el acertadísimo vestuario, por las poses y los gestos, y, tal vez, por el estilo del juego de té.
Las actuaciones de todos son impecables.
El conjunto es absolutamente fantástico, una excelente dirección sumada a una dramaturgia sin fisuras. Sin duda, una de las mejores obras de la cartelera porteña de este año.
Mónica Berman / Crítica Teatral 20 de noviembre 2010
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